Recomendaciones sobre alimentación complementaria:  ¿qué deben saber las familias en 2025?

08.05.2025

Por Dra. Romina Baquin — Pediatra y puericultora especializada en alimentación infantil y neurodesarrollo



La alimentación complementaria es una etapa clave en el crecimiento de los bebés. No solo es el inicio de una nueva fuente de nutrientes, sino también una experiencia de aprendizaje, vínculo y exploración. En 2025, las recomendaciones pediátricas mantienen conceptos fundamentales y suman nuevas miradas que toda familia debería conocer.


¿Cuándo comenzar?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sociedades pediátricas recomiendan iniciar la alimentación complementaria alrededor de los 6 meses, sin hacerlo antes de los 4 ni más allá de los 8 meses.

Sin embargo, más importante que la edad cronológica, es observar si el bebé muestra signos de madurez neurológica y motriz:

  • Se mantiene sentado, solo o con apoyo.

  • Ha desaparecido el reflejo de extrusión (de empujar la comida con la lengua hacia afuera).

  • Muestra interés por los alimentos (los mira, se desespera, los quiere agarrar).

  • Puede llevar objetos a la boca y coordinar movimientos de ojos, manos y boca. (puede liberar sus manos)

¿Qué alimentos ofrecer primero?

Hoy se sabe que no existe un único alimento "ideal" para comenzar, pero sí es importante incluir desde el inicio opciones ricas en hierro y zinc, ya que a partir de los 6 meses las reservas del bebé comienzan a disminuir.

Algunas opciones recomendadas:

  • Carnes rojas o blancas bien cocidas y luego desmenuzadas.

  • Huevo bien cocido (tanto yema como clara).

  • Lentejas o legumbres procesadas.

  • Verduras y frutas cocidas o pisadas.

La forma de ofrecerlos puede variar: desde papillas hasta métodos como Baby Led Weaning (BLW) o BLISS, que permiten al bebé explorar alimentos sólidos en trozos, adaptados en consistencia y forma según su edad, siempre con supervisión y acompañamiento profesional.

¿Qué alimentos evitar?

Existen ciertos alimentos que no deben ofrecerse antes del año, y otros que conviene postergar o limitar:

  • Miel (evitar hasta los 18 meses): riesgo de botulismo infantil.

  • Azúcar y productos azucarados: interfieren con el desarrollo del gusto natural.

  • Jugos, incluso los naturales en exceso: no aportan beneficios y desplazan comidas más nutritivas.

  • Sal: los riñones del bebé aún no están preparados para eliminar grandes cantidades de sodio.

  • Ultraprocesados: por su bajo valor nutricional y aditivos.

  • Carne Picada: en Argentina, se prohibe el consumo hasta los 5 años inclusive, por riesgo de transmisión de una cepa de E. Coli que produce el Sindrome Urémico Hemolítico (enfermedad grave y potencialmente mortal) 

  • Té e infusiones: no aportan nutrientes y pueden ser tóxicas.

  • Leche de vaca y derivados (no se recomienda hasta luego del año de vida): aumenta el riesgo de anemia por su bajo aporte en hierro y además por predisponer a microhemorragias intestinales, desplaza otros alimentos mas nutritivos y posee proteínas dificiles de digerir.

¿Y los alimentos potencialmente alergénicos?

Las últimas guías indican que no se deben retrasar la incorporación de alimentos como: huevo, pescado, maní, gluten, frutilla. Introducirlos de forma gradual y separados entre sí puede reducir el riesgo de alergias, siempre con asesoramiento pediátrico, especialmente si hay antecedentes familiares.

Consejos prácticos para las familias

  • Paciencia: los bebés necesitan tiempo para adaptarse a los nuevos sabores, texturas y rutinas.

  • Constancia: ofrecer los mismos alimentos varias veces, aunque al principio los rechacen.

  • Ambiente tranquilo: sin pantallas ni distracciones, para fomentar la conexión y el aprendizaje.

  • Respeto por el apetito: nunca forzar ni premiar con comida o premios "por comer".

  • Fomentar hábitos según organización familiar: ejemplo almorzar o cenar todos juntos.

Un mensaje final

La alimentación complementaria no es solo una etapa médica: es un momento de vínculo, de respeto, de observación y de construcción de hábitos saludables a largo plazo. Cada familia tiene su ritmo, y cada bebé su propio camino. Acompañar este proceso con información actualizada y apoyo profesional puede marcar una gran diferencia.

Si querés más recursos sobre este tema, podés acceder a mis guías descargables y cursos online desde el apartado al inicio de mi página web. También te ofrezco asesorías personalizadas para acompañarte en esta etapa.